Sitios de ventas de productos/servicios propios: Estos
funcionan como un e-shop, siendo una tienda virtual online o un catálogo de
productos, pudiendo efectuar órdenes de compra vía web y perfeccionando la
operación a posteriori. Son sitios poco interactivos, sentados sobre el formato
tradicional de Internet.
Sitios de ventas de productos/servicios de terceros.
Sitios para pago/contratación de servicios.
Sitios para realización de operaciones financieras.
Ahora bien, si se tiene en cuenta la modalidad de
comercialización podemos clasificarlos de la siguiente manera:
- Subastas.
- De venta de saldos.
- Intermediación entre el oferente y el consumidor.
- E-shops que funcionan con productos reservados bajo stock.
- Sitios que venden productos de lujo o Premium, a precios diferenciales o fuera de temporada y que permiten adquirir marcas de lujo a precios asequibles.
- ¿Qué nos impulsa a efectuar transacciones por Internet? ¿Qué nos disuade?
- Sin pretender agotar las posibles respuestas, y descartando previamente las cuestiones relacionadas con los productos o servicios que se ofrecen, básicamente podría resumirse a: seguridad y confianza en la transacción, comodidad y calidad de los productos o servicios ofrecidos y, finalmente, se descarta la compra de artículos que nos cuestan lo mismo en una tienda física.
Seguridad y confianza en compras online
Ahora bien, descartada la variable precio, podemos intentar
conocer qué es lo que nos permite percibir una sensación de seguridad y
confianza para alentarnos a realizar una transacción online.
Objetivamente, descartando aquellos sitios para operaciones
financieras (bancos y similares) o aquellos excesivamente conocidos, estamos
confiando nuestros datos, el pago y eventualmente el resultado de la
transacción, a un perfecto desconocido.
Pensando en situaciones de búsqueda por Internet con el fin
de compra algo o comparar precios, la percepción de seguridad y confianza está
dada por la claridad en los términos de la operación, la inmediatez en las
respuestas ante las consultas y la existencia de algún lugar físico de contacto
con el proveedor y el establecimiento de mecanismos seguros y conocidos para
realizar las transacciones. Al mismo tiempo, se valora positivamente las
explicaciones y procesos de validación de usuario, como por ejemplo los que se
establecen en eBay o mercadolibre.
Es por eso, cuando nos sentimos tentados a comprar por
Internet es necesario tener en cuenta estas cuestiones a fin de evitar caer en
el engaño de alguna persona sin escrúpulos.
“No sólo hay que serlo sino parecerlo”
Lo hemos oído en innumerables ocasiones y esto se replica
para las transacciones en Internet. Si un sitio no es claro en las condiciones,
no establece una posibilidad y dirección de contacto, no permite la posibilidad
de arrepentirse por la compra dentro de un plazo razonablemente breve y los
mecanismos de pago no se condicen con mecanismos serios que permitan encriptar
la transacción y requieran la validación de usuario ingresado, entonces, no
parecerán ser serios.
Por lo tanto debiéramos vernos disuadidos de operar en ellos
pese a la enorme posibilidad de ahorro que nos impliquen las ofertas que
realizan.
Lo mismo debe replicarse respecto de la garantía de los
productos o servicios que ofrecen, máxime si se asegura determinada marca o
calidad.
No deberíamos exigir al oferente en Internet menos garantías
o requisitos de los que pretendemos si fuésemos a la tienda en busca del mismo
producto.
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